Han pasado cuatro meses desde que he terminado mi formación de 200 horas. Ahora estoy sin la enseñanza extraordinaria y privilegiada de mi estudio de yoga en Montreal, Studio Mile-End. Han pasado casi 10 semanas desde que envié el examen final del YTT.
Poco a poco me estoy construyendo como una joven profesora de yoga y estaré eternamente agradecida por haber tomado ese entrenamiento. La formación me pidió energía y resiliencia durante un tiempo no fue muy fácil para todos (covid de mierda).
En general, diría que todo el programa fue intrigante. Me alimenté y aprendí mucho durante esa formación. Incluso los temas que pensaba comprender, los entendía de manera superficial. Tuvimos la oportunidad de descubrir el yoga con más profundidad.
En ocasiones, ciertos conceptos me parecían incomprensibles. Mi cerebro no pudo entender la lógica a través de la ciencia tradicional del yoga o las diferentes filosofías. Los términos de anatomía o del sistema nervioso me parecían demasiado complejos (no olvidemos que en la vida hago comunicación y marketing ^^) y además lo hice en francés. Tengo que coger el tiempo de asimilar los términos en español ahora. Las clases de ética eran muy difíciles para el ego y me ponía nerviosa cada vez. Realmente, fue una formación llena de retos.
Con el tiempo, lectura y paciencia, el entrenamiento me parecía cada vez menos confuso. Hay cosas que aún son complicadas, pero las abordó con suavidad.
Lo que debe recordar es que sí, una formación de YTT debería enseñar cómo convertirse en profesora o profesor de yoga para que pueda enseñar y crear clases inteligentes. ¡Era mi objetivo final! ¡Pero es mucho más que eso! Es un viaje para conocerse a sí mismo y mejorarse en su vida y práctica de yoga. Disfruté cada momento, incluso los más difíciles y tristes. Aprendí a respirar y a conectarme. Me encantaron todos los rincones de esa formación.
Espero seguir educándome sobre la maravillosa ciencia del yoga.
¿Qué formación para el futuro? Seguramente pranayama o nidra.
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